El individualismo puede ayudar a ganar partidos pero difícilmente logra títulos


Valga el símil futbolero, aprovechando que nuestra Dirección a menudo nos recuerda que jugamos en la Champions, para reflexionar acerca de la propuesta que nos hemos encontrado, transcurridos más de seis meses desde que los comités solicitamos el inicio de las negociaciones para renovar nuestro Convenio Colectivo.

Para ser sinceros, nuestras expectativas acerca de la actitud que mostraría la Dirección no eran demasiado altas. Son ya bastantes años de experiencia los que llevamos acumulados en estas lides como para no ir conociendo al otro lado de la mesa negociadora. Y, por otra parte, sus intentos por dilatar todo lo posible el proceso negociador tampoco invitaban al optimismo.

También teníamos claro que la actual coyuntura económica, con un I.P.C. desbocado, que en marzo se situó en el 9,8% (y que seguramente se mantenga en cifras elevadas durante los próximos meses), unido a las incertidumbres que han surgido a raíz de la guerra en Ucrania y tras dos años de pandemia, no van a ayudarnos a la hora de lograr uno de nuestros principales objetivos: reducir la precariedad que, cada vez con mayor frecuencia, vemos entre las personas a las que representamos.

Sin embargo, sí que al menos esperábamos encontrar al otro lado algo de empatía a la hora de buscar soluciones a, según palabras de la Dirección, necesidades y demandas reales de los profesionales. Va a resultar que ellos sí tienen claras cuales son dichas necesidades y nosotros no, a pesar de que desde hace tiempo basemos nuestras propuestas en encuestas que presentamos a la plantilla (respondidas masivamente, por cierto) para saber de primera mano qué cuestiones son las que más preocupan.

En lugar de empatía, como decimos, nos hemos encontrado ante un nuevo intento de ninguneo de los comités de empresa y de las funciones que desempeñamos. Esto no es nuevo. La Dirección lleva ya tiempo embarcada en una estrategia, que podríamos definir como de marketing interno, cuyo objetivo es presentarse ante la plantilla como sus únicos y auténticos representantes y, casi hasta diríamos, defensores de sus derechos.

Durante estos meses ya hemos ido viendo todas y todos algunos ejemplos de esta estrategia. Ahí están su famoso Plan Harmony, para implantar el teletrabajo en nuestra empresa, o la nueva intranet que recientemente han presentado (mucho más dinámica y rockera). Aderezado todo ello, por parte de los directivos, con numerosos halagos a los profesionales y referencias al papel fundamental que desempeñanY, como decimos, con un denominador común: el ninguneo sistemático de cualquier opinión alternativa, por ser considerada irrelevante.

Que nadie se engañe. El verdadero objetivo de la Dirección no es ayudar a los empleados, sino individualizar las relaciones laborales. Y en este punto, los comités, con nuestra búsqueda de soluciones a cuestiones que -en el fondo- son de carácter colectivo, chocamos frontalmente con su concepción de cómo deberían ser las relaciones entre los trabajadores y la empresa.

En definitiva, la premisa de la Dirección es, como siempre: divide y vencerás. Y en ello están.

Por si a alguien le queda alguna duda sobre esto, ellos mismos lo dejaban claro en el comunicado que enviaron a toda la plantilla el pasado martes 19, sin previo aviso (¡faltaría más!), tras la reunión que mantuvieron ese mismo día con los comités:

"Nuestro objetivo es ser una Compañía donde se reconoce el esfuerzo y el trabajo individual, la aportación de valor y la personalización de las necesidades y soluciones para cada profesional"

Creemos que la frase es tan elocuente que sobran las explicaciones.

A partir de aquí, la propuesta que presenta la Dirección para renovar el Convenio Colectivo es un fiel reflejo de ese objetivo individualizador que persiguen y que ahondaría en la precarización que ya vienen padeciendo cada vez más personas en la empresa. Aunque, por supuesto, esto último intentan disimularlo en su comunicado usando un discurso pretendidamente cercano a los profesionales y ofreciendo algunas migajas, en forma de beneficios sociales, que están muy lejos de las verdaderas necesidades y demandas de la plantilla.

Nos encontramos, por tanto, una vez más ante un intento de la Dirección por entorpecer y debilitar la labor de los comités y, con ello, dejar a todos los profesionales en una posición de indefensión cada vez mayor.

En este sentido, nuestra empresa no es una excepción. Al mismo tiempo que nosotros intentamos negociar un nuevo convenio, delegadas y delegados sindicales de otras empresas intentan hacer lo mismo con el Convenio Estatal de Consultoría, encontrándose con intentos cada vez menos disimulados de la Patronal por precarizar las condiciones laborales hasta límites nunca antes vistos (ver su última propuesta de jornadas de 12 horas).

Y, mientras tanto, los beneficios empresariales llevan años creciendo de manera importante y, con ellos, los dividendos que se reparten los accionistas.

Está claro que no jugamos en el mismo equipo, al menos en lo que se refiere a las condiciones laborales. Y por ello nos parece adecuado, hoy más que nunca, el encabezado de este artículo: El individualismo puede ayudar a ganar partidos pero difícilmente logra títulos.

Es necesario recordar también que la unidad es la mejor defensa que tenemos las personas trabajadoras ante los intentos de la Dirección por precarizar nuestras condiciones. Y más en momentos como el actual, en el que un buen número de profesionales se encuentra teletrabajando y pueden sentirse más aislados de su entorno laboral habitual.

Desde este comité, como siempre, os iremos informando de las novedades que vayan surgiendo y de las iniciativas que pongamos en marcha para defender los derechos de todas y todos. Y, por supuesto, quedamos a vuestra disposición para ayudaros en todo lo que esté en nuestra mano.

Comité de Ibermática Bizkaia

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