Ibermática Bizkaia – Resumen del 2016
Estimados/as compañeros/as:
Tal y como hicimos el año
pasado, queremos compartir con todos nuestras impresiones acerca de cómo fue el
2016 en nuestro centro de trabajo.
A nivel general, un aspecto
que nos llamó la atención el año pasado, fue la bipolaridad informativa
en los medios de comunicación a la hora de tratar la actualidad económica y
laboral. Así, al mismo tiempo que se hacía hincapié en la importante mejora de
algunas variables macroeconómicas como el PIB o los índices de desempleo, se
ponía también el foco sobre otra realidad, de carácter más social y menos
favorecida, como los altos índices de temporalidad laboral o el incremento del
número de trabajadores en activo por debajo del umbral de la pobreza,
evidenciando nuevamente la existencia de dos economías bien distintas, con
objetivos e intereses casi siempre contrapuestos: la de los Mercados y
la, digamos, Doméstica.
También en nuestro centro de
trabajo y, en general, en nuestra empresa hemos observado esa bipolaridad a lo
largo del año pasado: de esta forma, a la vez que leíamos en los medios
grandes titulares destacando la buena marcha del negocio o la excelente
valoración que daban los clientes a nuestro desempeño, situándonos a la cabeza
del sector de outsourcing TI nacional, éramos testigos de otra realidad
cotidiana y no tan brillante que creemos que también merece ser puesta de
manifiesto. Por ello, este año nos parecía interesante realizar un ejercicio de
contraposición, relacionando algunas de las noticias aparecidas en el apartado Actualidad
en Ibermática a lo largo del año pasado con las evidencias de esa otra
realidad a la que nos referimos, con el objetivo de tener una visión lo más
completa posible de nuestro centro de trabajo.
Para comenzar, repasamos
brevemente la información económica. El pasado 28 de julio, la Dirección
nos informaba del relevo producido en la Presidencia (Guillermo Ulacia
sustituye como presidente a Fernando Martínez-Jorcano) y aprovechaba para
hacer un resumen de los resultados obtenidos en el 2015, entre los que destaca
un incremento del beneficio de un 28% (un resultado record en la
historia de la compañía) y de la facturación en más de un 2%. Todo ello
acompañado de un aumento de la plantilla hasta los 3.100 profesionales.
A la vista de estos datos tan
positivos parece claro que ”jugamos en la Champions”, como decía nuestro
director general en un periódico a mediados del año pasado. Y, desde luego, ya
no nos quedó ninguna duda de que algunos juegan en dicha competición cuando
comprobamos que los dividendos repartidos a lo largo del año se habían
incrementado un 20% respecto del anterior, tras haber aumentado más de un 430%
entre el 2013 y el 2014 (el primer ejercicio completo tras el cambio en el
accionariado por el cual PROA Capital pasó a controlar el 55% de las acciones y
otro 15% quedaba en manos de los directivos de la compañía). Con otro dato
destacable: mientras que un pequeño porcentaje de estos dividendos abonados
procedió de los beneficios generados por la empresa, la mayor parte del dinero
repartido salió de las reservas que durante años habían ido acumulando los
anteriores accionistas. Una vez más, quedan claras las prioridades de los
nuevos accionistas.
Por otra parte, y como nos
informaban, la mejora del negocio parece que vino acompañada de un aumento de
la plantilla. En este sentido, a lo largo del pasado año también tuvimos
conocimiento de distintas actividades encaminadas al fomento del empleo, como
por ejemplo la noticia publicada el pasado 14 de noviembre (Patrocinamos la
primera feria de empleo y emprendimiento universitario de Extremadura).
No dudamos de la apuesta de nuestra empresa por la creación de empleo. Sin embargo, como Comité, debemos velar no solo por la cantidad del empleo creado sino también por su calidad. Y es aquí donde encontramos nuevos ejemplos de esa bipolaridad a la que nos referíamos al comienzo. Veamos qué ha ocurrido en nuestro centro de trabajo a lo largo del 2016:
Aunque todavía no tenemos
datos concluyentes para determinar en qué medida creció el empleo durante el
año pasado, sí disponemos de otras informaciones que nos permiten sacar ciertas
conclusiones cualitativas. Así, las copias básicas de nuevos contratos
recibidas por este Comité hasta el 31 de diciembre nos revelan que 9 de cada
10 contratos firmados fueron temporales.
Parece claro que temporalidad
y precariedad son conceptos que van siempre de la mano. Tampoco podemos olvidar
otro factor a la hora de analizar la calidad el empleo creado: la contratación
a tiempo completo y a tiempo parcial. En este sentido los datos nos dicen que
el 62% de los nuevos empleos fueron del primer tipo, aunque encontramos
notables diferencias si hablamos de género: así, mientras que en el caso de los
hombres este porcentaje se situó en el 75% (un 83% si nos centramos
exclusivamente en las nuevas contrataciones de Ibermática), en el caso de las
mujeres se quedó en el 48% (reduciéndose aún más, hasta el 33%, en el caso de
las compañeras subcontratadas a través de ETT).
Y ya que hablamos de
desigualdad laboral entre hombres y mujeres, y aunque a simple vista parece que
hay una cierta paridad en cuanto al número de contrataciones (52% de hombres
frente a un 48% de mujeres), no podemos pasar por alto otro dato cualitativo:
preferentemente ellos fueron contratados por la empresa (7 de cada 10
contratos nuevos) mientras que ellas fueron subcontratadas a través de ETT
(también en 7 de cada 10 casos).
En resumen, podemos decir que
la creación de empleo en nuestro centro se ha caracterizado por la precariedad,
afectando ésta en mayor medida a las mujeres.
Y no queremos dejar de hablar
de creación y calidad del empleo sin hacer una mención a aquella oferta de
empleo aparecida en septiembre y en la que nuestra empresa buscaba profesionales
para dar soporte a los servicios centrales de una conocida entidad financiera.
Una oferta caracterizada por los mínimos requisitos solicitados en cuanto a
formación y por el escaso sueldo ofrecido (en torno a 750 euros al mes). Aunque
ya nos hicimos eco de ella en su momento, repetimos las reflexiones que
lanzamos entonces: ¿ofertas como ésta son el reflejo del verdadero modelo de
negocio ofrecido por la empresa?. Y, en el caso de que así fuera, ¿se considera
ésta una estrategia perdurable en el tiempo?.
Pero, como Comité no solo nos
preocupa la creación de empleo en nuestro centro. También nos preocupamos por
el clima laboral del ya existente. Nos consta que a la Dirección también
le preocupa este tema, tal y como pudimos leer el pasado 22 de septiembre (Ibermática
se vuelve a mojar contra el sedentarismo) cuando nos informaba de una de
las actividades que había patrocinado buscando fomentar el deporte para luchar
contra el sedentarismo, apostando por el ejercicio físico en el ámbito laboral.
No nos cabe duda que
iniciativas como ésta siempre son bienvenidas y animamos a la Dirección a
seguir en esta línea de velar continuamente por la buena salud de sus
profesionales. Y aprovechamos para recordar que, además de estas actividades de
patrocinio (que buscan, por otra parte, proyectar la imagen de la compañía) hay
otras, quizá no tan visibles ni tan esporádicas, que contribuyen, aún más
incluso, a mantener y mejorar la salud física y mental de todos. Nos da la
sensación de que, en estas otras, a la Dirección le cuesta más mojarse:
Entre finales de mayo y
mediados de junio, como recordaréis se realizó una encuesta psicosocial en nuestro
centro de trabajo. Desde este Comité os animamos a participar masivamente en
la misma conscientes de su importancia a la hora de detectar factores de riesgo
como el estrés o el malestar físico y psíquico derivados de una mala
organización del trabajo para, tras su análisis, poder tomar las medidas
preventivas más adecuadas.
Pasados más de seis meses y
después de nuestros continuos requerimientos, hemos recibido de la Dirección
los resultados de la encuesta, eso sí, en formato papel, lo cual nos dificulta
que podamos explotar los datos de la consulta. Actualmente estamos estudiando
los resultados y próximamente os informaremos de nuestras conclusiones.
Pero no solo tenemos que
hablar de encuestas psicosociales. También hay otros aspectos bien visibles y
de los que ya nos hacíamos eco el año pasado por estas fechas. Nos estamos
refiriendo al nivel de limpieza en nuestras oficinas, el cual también ha
sufrido las consecuencias de la política de recorte de gastos que se viene
aplicando desde hace unos años. Es curioso que mientras el número de
profesionales que trabaja en el centro va en aumento, la limpieza va en
decremento.
Trasladaros también que se ha solicitado reiteradamente la mejora de la climatización del edificio (temperatura y porcentaje de humedad). La dirección se aferra a que cumple con la legalidad vigente a pesar de estar lejos de los niveles de confort recomendados. A nuestro parecer no llegamos a los niveles de humedad mínimos legales y por eso hemos solicitado que las mediciones se hagan de forma controlada usando aparatos calibrados. Una vez más, su negativa a efectuar estas mediciones controladas nos hace sospechar que estamos en lo cierto.
Como conclusión, queremos
compartir con vosotros nuestra visión de la situación general de nuestra
empresa, y más concretamente de nuestro centro de trabajo, en el 2016,
intentando complementar la visión que ofrecía la Dirección el pasado 12 de
enero (Ibermática en la prensa 2016):
A estas alturas, ya sabemos
que estamos entre los primeros puestos del ranking de outsourcing TI nacional,
que ahora jugamos en la Champions y que, en general, el futuro parece que se
presenta optimista.
Nos alegramos. Sinceramente.
Sobre todo porque cuando surgen las dificultades somos los profesionales de
esta empresa, los primeros en sufrir las consecuencias. Y para nosotros, estas
consecuencias no significan ganar un poco más o menos cada año, sino ver
reducir o incluso desaparecer nuestros ingresos, encontrar mayores dificultades
a la hora de conciliar nuestra vida familiar y laboral o sufrir mayores niveles
de ansiedad y estrés. En definitiva, vemos como nuestro proyecto vital se
resiente.
Leemos en uno de los artículos
incluidos en el resumen de prensa del 2016 el siguiente titular: “La
economía digital se debate entre comprar o crear talento. La gran velocidad de
los cambios que genera la Revolución 4.0 está transformando a su vez las
estrategias de crecimiento de las empresas”.
Destacamos este artículo
porque, como Comité, nos parece significativa, a la vez que bastante
impersonal, la imagen que se ofrece del empleo (por cuenta ajena, en este
caso): la fuerza de trabajo, la de todos nosotros, es un activo más y, como
tal, puedes invertir en mejorar el que ya tienes u optar por adquirir otro en
el mercado.
Nos resulta significativa
sobre todo en un sector como el nuestro, altamente cualificado, en el que
parece claro que la falta de estabilidad de los profesionales afecta de manera
directa a su productividad.
Significativa también porque
pone de manifiesto otro de los grandes males de nuestro tiempo: la presión,
cada vez más grande, a la que se ven sometidas las organizaciones para obtener
resultados a corto plazo, más aún cuando las mismas están en manos de entidades
de carácter principalmente especulativo como son los fondos de inversión (la
nuestra, no lo olvidemos, es una de ellas). En este sentido, somos conscientes
de que nos movemos en un mundo que tecnológicamente evoluciona a pasos
agigantados y por eso seguimos pensando que es imprescindible un mayor
compromiso en materia de formación que permita la continua puesta al día de las
actitudes y aptitudes de todos los profesionales con el objetivo de mejorar su
empleabilidad. Ya hacíamos referencia a esta cuestión en nuestro resumen del
año pasado y, lamentablemente, no hemos observado grandes mejoras.
Y significativa también porque
entendemos que una de las cuestiones que han de estar presentes en dicho debate
es la motivación de los profesionales. Existen numerosos estudios que
relacionan la motivación con el grado de valoración que siente el profesional
en su empresa y que demuestran que la mejora de la motivación tiene un efecto
claro y cuantificable sobre aspectos clave como la productividad, la captación
de nuevos clientes o la fidelización de los ya existentes.
En este sentido creemos que
existe un amplio margen de mejora en nuestro centro, que podría redundar en un
mejor clima laboral y, en consecuencia, en un mayor grado de motivación de los
profesionales. Para empezar, podrían
evitarse algunas situaciones que hemos ido constatando a lo largo de estos
últimos años y que, desde luego no favorecen la motivación:
- La
escasa implicación que demuestra la Dirección con sus profesionales en
situación de paro técnico a la hora de favorecer su reubicación, optando en
numerosas ocasiones por la solución que entienden más sencilla: el despido.
- Los
habituales condicionantes que plantea la Dirección y que limitan el derecho a
conciliar adecuadamente nuestras vidas familiar y laboral. Hablamos, por
ejemplo, de las frecuentes limitaciones en los horarios escogidos por los
profesionales en reducción de jornada por Guarda Legal o de las
interpretaciones interesadas que hace de nuestro Convenio Colectivo y que
limitan cuestiones recogidas en el mismo y, por tanto, acordadas entre la
Dirección y los representantes de los trabajadores (como, por ejemplo, en el
caso de los permisos de enfermedad).
- El
incremento de las guardias realizadas por los profesionales fuera del horario
de trabajo, escasa o nulamente reguladas y, por lo general, mal remuneradas.
- Las
escasas oportunidades que ofrece la empresa en materia de formación, o que,
cuando ésta se da, se imparta frecuentemente fuera de la jornada laboral
habitual, afectando nuevamente a la conciliación.
- Y
desde luego, algunos intentos de limitar el derecho de los profesionales a
mostrar públicamente su descontento cuando se dan casos como los mencionados.
En resumen, creemos que una
empresa es mucho más que un conjunto de variables económicas, por muy
brillantes que éstas sean. Más allá de las mismas, y no lo olvidemos,
contribuyendo con su esfuerzo y compromiso diarios al mantenimiento y mejora de
las mismas, están las personas. Y éstas no merecen ser tratadas como meros “activos
de la empresa”, como decíamos antes.
Seguimos convencidos de que
potenciando la colaboración entre todos los estamentos de la empresa
(dirección, comités y profesionales en general), buscando puntos de encuentro y
colaboración más eficaces y alineando los objetivos de unos y otros, podríamos
conseguir una Ibermática aún mejor. Una Ibermática en la que todos pudiéramos
decir que jugamos en la Champions.
Para terminar, como siempre os
recordamos que nos tenéis a vuestra disposición para cualquier consulta.
Recibid un cordial saludo.
Comité de Ibermática-Bizkaia.
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