Si Richard Branson lo dice...


… Será así. No seremos nosotros quienes nos atrevamos a llevar la contraria a semejante referente mundial de los negocios. Y menos aún después de enterarnos hace unos días, gracias al diario Expansión, que aparecemos en el ranking de Las 100 mejores empresas para trabajar en 2018. Aunque en dicha clasificación ocupemos el farolillo rojo no cabe duda de que es una noticia muy positiva, que refleja lo que todos los profesionales que trabajamos aquí sabemos de sobra y que, por otra parte, este Comité ha manifestado frecuentemente: Ibermática cuenta con un gran equipo que, día a día, demuestra sobradamente su valía, contribuyendo con su talento, esfuerzo y compromiso al crecimiento y desarrollo de esta empresa.
 
Pero suele ocurrir habitualmente que no todo es de color de rosa. Como también hemos venido publicando en este blog, creemos que existe un amplio margen de mejora en algunos aspectos organizativos y en los que la Dirección podría actuar para, parafraseando a Richard Branson, cuidar más de sus empleados. Por ello, desde este blog queremos aportar nuestro granito de arena para ver si el año que viene dejamos de ser el farolillo rojo en la clasificación citada.

Ya hemos hablado en anteriores ocasiones de la formación y de los aspectos que pensamos que deberían mejorar en nuestra empresa para favorecer el reciclaje profesional, en especial de aquellos profesionales que no estén asignados a proyectos. No nos cansaremos de repetir que, en un sector que evoluciona tan deprisa como el nuestro y en el que incesantemente se suceden cambios tecnológicos disruptivos que pueden incluso obligar a actualizar los modelos de negocio de las empresas, la formación continua, además de un derecho, se convierte en una necesidad vital. No solo para los profesionales, sino también para las propias organizaciones. En otras palabras, la formación continua se convierte en una inversión de futuro fundamental, ya que no cabe duda de es uno de los pilares sobre los que se asienta el crecimiento del negocio a medio y largo plazo. 

Hoy nos queremos centrar en la conciliación. Aunque también nos hemos referido en numerosas ocasiones a ella y, en especial, a las trabas que con frecuencia la Dirección pone a los profesionales a la hora de ejercer sus derechos en esta materia, nos ha parecido oportuno hacer hincapié en este tema en un momento en el que, por un lado, empieza a ocupar cada vez más espacio en los medios de comunicación, y por otro cuando nuestro actual Convenio Colectivo está próximo a vencer y previsiblemente en breve comenzarán las negociaciones para su renovación.

Nos ha parecido muy interesante la cuestión en la que, de una u otra forma, todas las publicaciones que hemos leído coinciden: una adecuada política de conciliación en las empresas tiene un efecto evidente y cuantificable tanto en la motivación y compromiso de los empleados, como en sus niveles de estrés y ansiedad, redundando todo ello en una mayor productividad. Esto no es nuevo. Nosotros, modestamente, ya lo comentamos hace tiempo en este blog (Ibermática Bizkaia – Resumen del 2016) cuando nos referíamos a los numerosos estudios realizados al respecto y que apuntaban en esa línea. 

Parece evidente que ciertos cambios de mentalidad requieren de periodos de tiempo más o menos prolongados para ser aceptados. La inercia supone en muchos casos un freno poderoso a la hora de adoptar nuevos enfoques o modelos organizativos. Sin embargo, igual que el sirimiri, que tarda más tiempo en calar el campo que el aguacero pero cuyos efectos son más positivos, poco a poco, sin prisa pero sin pausa, la conciliación se ha convertido en un trending topic tanto entre las empresas como a nivel social. Entre las primeras por los evidentes beneficios que los directivos empiezan a percibir tanto en las cifras de negocio como en la imagen que se proyecta hacia el exterior o en el mayor compromiso y productividad de sus empleados. Y a nivel social, por la percepción más positiva que se tiene de aquellas organizaciones que favorecen la conciliación.

¡Ojo!. Cuando hablamos de conciliación no nos referimos únicamente a aquellas medidas encaminadas a mejorar el cuidado de nuestros hijos o mayores. Existe una cierta tendencia, sobre todo en el ámbito laboral, a asociar casi exclusivamente ambos conceptos. Aunque resulta evidente que el cuidado de las personas dependientes (lo que en términos legales se conoce como Guarda Legal) es un aspecto muy importante dentro de la conciliación, no es el único. Todos los profesionales, sin excepción, tenemos derecho a un mejor equilibrio entre nuestra vida laboral y personal.

Afortunadamente, como venimos diciendo, cada vez más empresas lo están comprendiendo, y al igual que hace 130 años se inició una tendencia que acabó consolidando la jornada laboral de ocho horas, hace ya tiempo que comenzó otra cuyo objetivo es lograr un mayor equilibrio entre el tiempo que dedicamos a nuestras responsabilidades profesionales y actividades personales. Como muestra indicamos a continuación algunos artículos de prensa que hemos leído recientemente y que, creemos, reflejan a la perfección esta tendencia:

Sin duda, uno de los casos más comentados en los últimos tiempos es el de una empresa de Nueva Zelanda (Perpetual Guardian) que hace unos meses decidió hacer un experimento, proponiendo a sus empleados trabajar cuatro días a la semana cobrando cinco durante dos meses. Los resultados han sido tan positivos que los responsables de la empresa han decidido implantar esta jornada laboral de manera definitiva, como puede leerse, por ejemplo,  en este artículo publicado hace unos días por La Vanguardia: La semana laboral de cuatro días ya es una realidad en Nueva Zelanda.

En términos similares se pronunciaba recientemente el protagonista de nuestro encabezado en un artículo de El Economista publicado el pasado septiembre -Trabajar solo tres días a la semana: la receta de Richard Branson para alcanzar el éxito- y donde opinaba sobre la importancia de fomentar la flexibilidad laboral y la confianza en los empleados, señalando además el papel destacado que las nuevas tecnologías y, en especial, el Teletrabajo pueden desempeñar a la hora de mejorar el equilibrio entre la vida profesional y personal.

Los ejemplos, como decimos, son cada vez más numerosos. En este otro artículo de Expansión del pasado agosto se citan algunos puestos en práctica en diferentes países: Cumpla su sueño de trabajar menos horas después del verano. Todos ellos con un denominador común: mejorar la productividad y salud laboral de los profesionales a base de fomentar la conciliación y reducir el presentismo. 

Y, finalmente, por si alguien piensa que este tipo de medidas son difíciles de aplicar en un sector como el nuestro, indicamos también un enlace a un blog de una empresa nacional (Paradigma), con el que nos hemos topado surfeando por la Web y en el que, tras implantar la jornada intensiva durante todo el año, los propios empleados cuentan qué ha supuesto este cambio en su día a día: Y a ti, ¿cómo te ha cambiado la vida la jornada compacta?. Nos alegramos por el éxito que han cosechado con esta iniciativa, la cual consideramos ciertamente inspiradora.
 
Esta cada vez mayor sensibilización sobre la conciliación también se deja notar en nuestro centro de trabajo. En este sentido, las opiniones que muchos de nuestros compañeros nos han ido transmitiendo durante los últimos meses evidencian claramente que, como decíamos al principio, existe un amplio margen de mejora en este tema:
 
Hace unos meses realizamos una encuesta entre los profesionales de nuestro centro de trabajo, para conocer su opinión acerca de qué aspectos laborales deberían ser mejorados. Al margen de la notable participación, cercana al 60% de la plantilla del centro, llama la atención especialmente que una de las cuestiones, junto con la retribución, que nuestras compañeras y compañeros consideran prioritaria, es acordar medidas encaminadas a mejorar la conciliación, sobre todo en lo referente a la flexibilización de horarios y Teletrabajo. Además, del análisis de las respuestas recibidas, hemos podido extraer entre otras, varias conclusiones a nuestro entender bastante significativas:

En primer lugar, actualmente al menos una de cada cuatro compañeras y compañeros de nuestro centro de trabajo tienen problemas para compaginar sus vidas profesionales y personales debido a sus horarios laborales.

Fuente: encuesta realizada por el Comité de Bizkaia entre la plantilla en marzo/2018
 
Por otra parte, más del 70% de los encuestados consideran que en el proyecto en el que trabajan sería posible hacerlo de manera continuada:

Fuente: encuesta realizada por el Comité de Bizkaia entre la plantilla en marzo/2018
 
Más aún, para casi un 68% de los encuestados, la jornada continua sería la medida que en mayor medida les facilitaría poder compaginar su vida profesional y personal:

* Porcentaje de respuestas recibidas para las que la medida indicada sería la más adecuada.
Fuente: encuesta realizada por el Comité de Bizkaia entre la plantilla en marzo/2018

Siendo además la preferida por casi el 40% de los profesionales que respondieron, en el caso de tuvieran que decantarse por una de las opciones planteadas:
 
Fuente: encuesta realizada por el Comité de Bizkaia entre la plantilla en marzo/2018

Sin duda, creemos que son indicadores bastante elocuentes y a los que merece la pena prestar atención. Por ello esperamos que esta tendencia global tenga también su reflejo en nuestra empresa próximamente ya que pensamos que podría aportar beneficios claros, entre otros, a nivel de salud laboral, económicos o de imagen. En este sentido creemos que las próximas negociaciones para la renovación de nuestro Convenio Colectivo pueden suponer una oportunidad inmejorable para reflexionar constructivamente sobre esta cuestión y encontrar medidas beneficiosas para todas y todos.

Comité de Ibermática Bizkaia.

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